(de nuevo tuve pesadillas)
Somos dos soledades que se disfrutan entre sí. Ya sabemos el destino de la gente que quiere; nos quejamos constantemente de las lesiones, de los raspones, de la inmensa picazón debajo del yeso. En el fondo nos tememos. Tememos estar felices y perdernos para siempre. Tememos transmitirnos enfermedades. Tememos decir y que se acabe, no decir y que siga, no decir y que se acabe, decir, acabar, y viceversa. Sabemos bien como funciona la patología del acabar; su peso gramatical y su posible grado de adicción.
Somos dos soledades que se disfrutan entre sí. Ya sabemos el destino de la gente que quiere; nos quejamos constantemente de las lesiones, de los raspones, de la inmensa picazón debajo del yeso. En el fondo nos tememos. Tememos estar felices y perdernos para siempre. Tememos transmitirnos enfermedades. Tememos decir y que se acabe, no decir y que siga, no decir y que se acabe, decir, acabar, y viceversa. Sabemos bien como funciona la patología del acabar; su peso gramatical y su posible grado de adicción.
3 comments:
tomado al azar de un libro en el piso:
en la otra orilla de la noche
es posible
entre sustancias
que mueren cada dia en la memoria
alejandra pizarnik
Con tu permiso, gato, me robé este post y lo pegué en mi blog.
Con el respectivo crédito, por supuesto jeje.
Me llegaron estas letras...
La ausencia, la materia prima de el feísmo, la distancia la tinta, la soledad el tipo de escritura, la oscuridad el objetivo, la solución impregnar de tristeza las letras eternas, y dejar este desgarro en la memoría colectiva.
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