Perdemos mucho tiempo con contemplaciones, la exactidud de los horarios, los cronómetros. Todas las decisiones terminan precipitándose hacia el juego de las sillas: retardar la caída al piso por el placer de pensar que nunca llegue. Por el placer de vaciar las agendas de todos sus barcos, barcos de números grandes y oficiales, de números de papel. Afuera hay bulla de gente que se alterna los cumpleaños.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
3 comments:
opaaaaa
quien dijo vanguardia¡¡¡
esoooooo
De muerte lenta...¡Qué rica la imagen de las agendas vaciadas de barcos!
puede ser que no lo halla concretado completamente para mi mismo...
pero que delicia la libertad esa de ser y vivir...
es lo rico de este tipo de textos, que a uno le marean las ideas...
Post a Comment