Wednesday, June 6, 2007

Comida de las 5

Cuento las moscas de la mesa como si me pertenecieran, mi pequeño circo sobre lo que continúa vivo en el plato. Pienso en sus alas y se multiplican; el cuarto pasa a ser un cubo transparente de ala de mosca. En el bus vi una pareja transparente. Se lamían con cuidado para infectarse sólo lo necesario. Se bajaron volando dos paradas antes de la mía. Dejaron los asientos vibrando y una ausencia en el oído. Ahora hay diecisiete moscas chocando, lloviendo precipitadamente. Se empiezan a quebrar las paredes de ala por el silencio. El asiento de al lado no vibra, el plato de la mesa se ha terminado de morir y no hay nadie que vuele, solamente lo necesario.

2 comments:

Jorge Albán said...

Para los humanos volar es lindo porque no nos sale a voluntad.

Cuando volamos no nos damos cuenta que lo hacemos y cuando se acaba la magia, se lo envidiamos hasta a la mosca del cerote mas cercano...

Floriella said...

Sí, no. Lo dicho: vos estás volando, preciosa. Y cada vez se pone mejor.