Para evitar las franjas horarias y los cigarros completos es necesario un corazón de manzana. Un diminuto corazón de manzana capaz de besar los semáforos y huir de los aldeanos que amenazan agitando sus morbo-bocinas de envidia-diaria. Una sombra que no salga de vos, que esté siempre dentro, chorreando por la espalda. Una sombra de felpa que aparezca de noche por medio a la par tuya con la única explicación de no poder (por más que lo intente) saltarse los días pares.
Saturday, March 31, 2007
Monday, March 26, 2007
El trópico
Camino con un temblor colgando. Pequeñas contracciones como un collar grande que choca en el cuerpo con los pasos. Si por casualidad me toca, todo se agudiza y sudo. Cambio los ritmos según el trayecto, a veces quiero correr y me detengo. Veo los ojos de la gente y se me sonroja el estómago por dentro. Luego, mientras hago la fila del banco o del bus, me recuerdo frente al espejo con las manos en el pecho, veo como en una estampita esa risa incontrolable y la humedad del cieloraso. La fila se ensancha, soy más grande y puedo sentir la temperatura de la cajera y la del tercer hombre de la fila, que me sonríe con miedo.
Saturday, March 24, 2007
Cambio de cigarros
Necesitarse es un verbo inmenso, viajero, inseguro. Asumir el golpe estomacal con la determinación de quien decidió amarse a si mismo para descubrir que algunas demoliciones por las que fuimos arrastrados eran ciertas, contundentes y necesarias. De nuevo la necesidad. Como si ésta no fuera también un producto, como si no la insultaramos con gritos cuando dificulta correr distancias largas por la falta de aire. Como si no existiera únicamente como un espiritu que se quedó para siempre en la casa y hace daño solo cuando está mal invocado. Somos definitivamente más grandes, menos fuertes, más nosotros y más los otros que vamos a ser. Tal vez a veces no sea tan malo necesitarse.
Thursday, March 22, 2007
Leo y escribo
porque no queda de otra
la poesia existe porque
los poetas no tienen amigos.
Tuve un amigo poeta,
me odiaba a todas horas
y yo le mordia el cuello
Si fueramos más felices
talvez no escribiríamos
o escribiríamos cosas importantes
Odio la poesía feliz
casi como me odio a mi misma
aparentando que espero a alguien
con un lapicero en la mano.
Wednesday, March 14, 2007
fosforeana
Somos dos soledades que se disfrutan entre sí. Ya sabemos el destino de la gente que quiere; nos quejamos constantemente de las lesiones, de los raspones, de la inmensa picazón debajo del yeso. En el fondo nos tememos. Tememos estar felices y perdernos para siempre. Tememos transmitirnos enfermedades. Tememos decir y que se acabe, no decir y que siga, no decir y que se acabe, decir, acabar, y viceversa. Sabemos bien como funciona la patología del acabar; su peso gramatical y su posible grado de adicción.
Friday, March 9, 2007
el lenguaje es facista
(lo siguiente no tiene afán literario, por lo tanto es involuntario, como quien dice una orden del lenguaje que todo lo limita)
(cartelera completa)
el itinerario no llena las ausencias.
Hace un tiempo
perdí mi invitación a otro mismo concierto
hoy asisto sola
me necesito y no existo